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El recuerdo amistoso de una batalla (23-07-2013)

El renovado Alarde del Moro antzuolarra volvió a congregar a numeroso público. Rememora la lucha en Valdejunquera en el 920 y fusiona la tradición foral de las revistas de armas.

Equiparación de protagonistas e igualdad de género. (Esta nota solo figura en la edición en papel del DV del domingo 21-07-2013, pág. 15)

Seña de identidad de la celebración es el esmerado cuidado en la igualdad de género y racial entre participantes y personajes. Desde qué se reestructuró el Alarde no hay, ningún resto de discriminación. El caudillo musulmán y el capitán están equiparados en función y acompañamiento durante la marcha, «se tratan de igual a igual. Están a la misma altura en la función».

Si en otros rincones de la geografía guipuzcoana viven agrios debates sobre la presencia de la mujeres en los alardes de armas, Antzuola ha sido desde la década de los 8o ejemplo de integración con una presencia normalizada de las féminas y en constante crecimiento. Ayer, de los 200 integrantes, una veintena más que el año pasado, la mitad eran mujeres. Un reflejo de la normalización de género que se puede disfrutar en el Alarde del Moro.

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